realmente radiogramas de rojas realidades

Refractando solicitudes, inflando baterías, apretando hielo, el poder subscrito por cada uno de los nefastos fogoneros, ha de ser incluido e inapropiadamente resuelto por aquellos cuyo dilema central sea oir el sonido de las agujas del reloj, cuando el sol este por desvanecerse en el horizonte, y en ese momento y solo en ese momento cada uno de los individuos responsables de hervir las ideas de los reflejos de libertad y las acciones que se animan a tratar de vivir en total confianza con el entorno que van creando, y aun asi simplemente cada uno de todos los involucrados en estos papeles gritan "tiempo".

todo se formo y la moneda falló

Una moneda rodando en el aire y todas las miradas clavadas en ella, las espectativas de que caiga cara son las mismas que las de seca, y aun asi el ambiente esta tenso. Son dos segundos que parecen cinco horas. Una mano atrapa la moneda cuando va a la mitad de la caida y la choca contra el brazo; insertidumbre y revuelo sobre el resultado. Levantando la mano suavemente se nota que apunto cara...

Pasos pesados y un viejo atormentado

Asco y repulsión das en tus pasos precario ser, solito, vas de plaza en plaza, buscando alguien con quien volar, pero la duda se te hace presente y empiezas a preguntar, donde quedo la justicia?. Pero quien te responde, es un  viejo que ignora tu voz y resistiendo su confesión, el hombre pobre en su miseria te hace callar.

hacia que vamos?

Si tu comes pan, pero a la vez dices tierra. Que ha de ser del sueño, si cada vez que empieza, tu despiertas. Por que el hombre cae, si por alguna razon, tu le das contacto. Al ser especial cada uno de nosotros prefirio la avaricia, el poder y el reencor, tal vez sin darnos cuenta, cada paso que hemos dado se ha ido con nuestros sueños de prosperidad y solo ahora nos damos cuenta de que somos, y en vez de mejorar, simplmente volvemos a soñar cada instante de nuestro pasado y al despertar todo eso que habiamos reflexionado y puesto al ver, olvidamos y seguimos siendo hombres.

Paso a paso

Ignacio marchaba diestramente, corrigiendo sus pesares con el hilo roto, de su pantalon, y con las manos, sostenia el aire que respiraba cada vez que avanzaba. Su rostro se tornaba al revez, solo al ver las figuras que paseaban entre las sombras y el rabillo de sus ojos. Confundido, rodando cuadramente las imagenes que terminaba observando, le daban motivos por demas y generaban pluralismo envuelto entre las costras de lo que uno quiere, solo que el borde que afectaba su caminar, era el de las monedas en la vereda. Él era otro caminante mas que ignoraba a los gatitos que se acurrucaban en la esquina de la cuadra, sintiendo la indiferencia regional ofrecida en una simple mirada a las sombras del reencor.

el mono y el ruido

Tres hombres y un mono caminaban por la vereda de doña rita. Un lunes por la mañana, circulaban en redondo, alrededor de un perro que estaba ahi sentado, menos el mono, que miraba desde un costado con cara de sorpresa. El perro que miraba y miraba a los tres hombres que lo circulaban,estaba extraño e indiferente, aunque lo que le llamo la atencion, era que el mono estaba mirandolo con expresiones de odio y soberbia. Desde la esquina, asomaba la bolsa colorida de doña rita, que a pesar de su corta vista, le parecia raro que haya tanto movimiento en la vereda de su casa. Quedaron todos quietos hasta el perro, que ya estaba quieto. Un ruido fuerte sono y genero misterio, menos en el taxista que no le importo nada, ni el ruido, ni el perro, ni doña rita.

La manzana fue antes que la ensalada de radicheta

Ensalada de radicheta para dos, adentro de una jaula. Afuera observando tres modicos llorones, que chusmean las buenas sillas, que hoy cargan gordas envueltas en toallon. Esperando las ensaladas, que sufren al pasar enfrente de los llorones. Las gordas, impacientaban el ambiente con sus ganas de poder ser mas que los que estan alrededor. Pero hoy se comen la manzana, y sin abusar, no hay tuca que se la crea, cuando la manzana rumbea cubiertos color plata sobre la mesa. No se puede soportar cuando la manzana rueda entre las manos animales de las gordas. Esquivando vasos como un coche del futuro, la manzana corre de punta a punta de la mesa como siguiendo la sombra de una nube, pero no paso la raya del vino. Un rayo de sol que entraba por la ventana ilumino su fin y la raya lo indico. La ensalada pudo escapar de la jaula, pero fue a parar frente a la gorda que se habia quedado sin manzana. Los que ocupaban la jaula ahora eran los llorones, y en la mesa se colocaba un plato muy grande.